Por Felipe Vismara
Si bien no hay discusión económica que no ponga en el centro de la escena a la inversión como variable central, es habitual que la prensa y los políticos –y el público en general– llamen “inversión” a cosas muy distintas, confundiendo inversiones financieras con inversiones productivas, inversiones directas con inversiones de cartera o inversiones en nuevos proyectos con fusiones y adquisiciones, por citar solo algunos casos. A la hora de cuantificar la evolución de la inversión, el problema se agrava debido a las serias limitaciones y falencias que padece nuestro sistema estadístico. El presente trabajo busca clarificar las diferencias entre los principales conceptos vinculados a la inversión y determinar de qué información estadística se dispone para estudiar este fenómeno, analizando, a la vez, la coyuntura actual y su evolución reciente a partir de la información disponible.